viernes, 17 de septiembre de 2010

El EMPRENDIMIENTO EN LOS JÓVENES DE HOY

Empezaré haciendo referencia a Jóvenes: a mis queridos jóvenes amigos, jóvenes alumnos, jóvenes compañeros… Jóvenes que con toda su creatividad, imaginación, su memoria despierta y ávida de aprender, jóvenes con entusiasmo y ganas de salir adelante pero que viven en un mundo en donde el dinero y el bienestar priman, en donde la explotación de la gente, la deshonestidad en los negocios, la corrupción en la política, el conservadorismo, la hipocresía y la competencia reinan y predominan.

Nos enfrentamos a un conflicto de valores muy complejo, inherente a la sociedad contemporánea. Muchos de los principios básicos del comportamiento humano, han sido reemplazados por valores cambiantes que se apoyan en argumentos de la nueva era, ligados al desarrollo científico y de la tecnología y también a los cambios sociales. De ellos se deriva un enfrentamiento entre estos modos de actuar más propicios de los jóvenes y lo que ellos mismos displicentemente consideran tradiciones superadas.

La ola de creciente inquietud y desconcierto que estamos viviendo nos exige cada vez más. No podemos escapar de la situación de cambios que afecta a la sociedad; en este sentido una persona con espíritu emprendedor, con ganas de vivir, de crecer y forjar su futuro con voluntad y valores encontrando desafíos y retos donde los demás ven obstáculos, con nuevas ideas y siendo capaces de proyectarlas en el futuro.

Y ahí en su proyección en el futuro, el miedo o el temor, es uno de los principales obstáculos que dejan por el camino a muchos jóvenes y jóvenes emprendedores. Pero no se trata sólo del miedo a arriesgar en un negocio y hacer una inversión económica, sino también a emprender en una aventura empresarial y hacerla compatible con la vida familiar. Sin embargo, debo decir que un buen emprendedor, no es alguien que no tiene temor a enfrentarse a un reto, sino alguien que consigue controlar el miedo y hacer que éste juegue a su favor. El emprendedor no espera que los obstáculos y problemas que encuentra en el camino le solucionen los demás, al contrario su actitud debe ser resolutiva, no huirlos, ni esperar que el tiempo los borre o se resuelvan solos, debe saber enfrentarlos con entereza y responsabilidad buscando siempre decisiones acertadas o no, pero que en esa vía encuentre siempre aprendizaje e impulso para conseguir las metas propuestas.


Los jóvenes deben buscar su superación interna por medio de sus emociones y pensamientos, amar lo que hacen, confiar en sus capacidades, sabiendo que en el mundo laboral y de negocios, las buenas y válidas decisiones se toman con determinación, tenacidad pues quien comienza un proyecto, una idea, debe tener una perspectiva clara, concreta y luchar por ella, a la vez, debe tener paciencia hasta cumplir lo propuesto, el trabajo constante, la actitud positiva que debe ir ligada a la constancia:"Un optimista es el que cree que todo tiene arreglo. Un pesimista es el que piensa lo mismo, pero sabe que nadie va a intentarlo" (Jaume Perich), el uso del sentido común, la confianza en sí mismo, la humildad, todo esto con una dosis de voluntad y deseos de triunfar en la vida, marcan la diferencia y en el futuro la excelencia.

Mis queridos jóvenes recordemos siempre la frase de la Madre Teresa de Calcuta: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”.


Mst. Ximena Peralta Vallejo

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