Actualmente en varios medios de comunicación, espacios académicos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, conversaciones familiares, etc., se menciona frecuentemente la palabra liderazgo; esto ha permitido que dicha palabra pueda ser entendida desde diversas formas, es decir, que tenga significados diferentes. Además antropólogos, psicólogos sociales, sociólogos y estudiosos de las ciencias políticas y económicas, han desarrollado varias teorías sobre el liderazgo que siempre ha sido un tema difícil, ya que lo humano no se lo puede “estudiar” como una ciencia exacta; las personas no son objetos sino seres complejos e integrales.
Al hablar de liderazgo hay que referirse a un paradigma que ha sido, es y será una construcción social; de este postulado inicial se puede partir para reflexionar sobre un tema muy interesante; porque si se quiere profundizar se recomienda revisar las teorías de los rasgos, las teorías conductuales, las teorías situacionales (contingencia) y las teorías humanistas sobre el liderazgo.
El presente artículo pretende explicar es la relación existente entre el liderazgo y la dirección de equipos como factores del desarrollo organizacional aplicado al ámbito empresarial.
Hoy en día varias empresas reconocen que su elemento más importante son las personas, porque a través de ellas va a depender si cumplen o no sus objetivos y metas.
Stephen Robbins en su libro Comportamiento Organizacional (2004), define al desarrollo organizacional como “el conjunto de intervenciones de cambio planeado, fundadas en valores humanistas y democráticos, para mejorar la eficacia de la organización y el bienestar de los empleados”. Por lo tanto, es necesario comprender que el liderazgo tiene que ver con la gestión de las personas y el desarrollo organizacional, ya que los líderes son los que pueden frenar o dar paso a esos procesos de cambio.
Existen muchas herramientas para implementar esto procesos, una de ellas es el entrenamiento y aprendizaje al aire libre (Outdoor Training) de grupos de personas para cambiar sus conductas mediante interacciones no estructuradas. Los miembros se reúnen en un ambiente libre y abierto, se plantean ejercicios lúdicos que provocan el diálogo de ellos mismos y de sus procesos de interacción, moderados por una profesional de las ciencias de la conducta, pueden ser psicólogos laborales. El grupo es orientado a los procesos, lo que significa que las personas aprenden jugando, observando y participando, más que recibir lecciones desde una exposición netamente teórica. El profesional brinda oportunidades para que los participantes expresen sus ideas, convicciones y actitudes (Robbins, 2004).
Por: Elvis Orellana Espinoza.
Psicólogo Laboral y Organizacional
